Home ] Up ] CAPÍTULO 1 ] CAPÍTULO 2 ] CAPÍTULO 3 ] CAPÍTULO 4 ] CAPÍTULO 5 ] CAPÍTULO 6 ] CAPÍTULO 7 ] CAPÍTULO 8 ] CAPÍTULO 9 ] CAPÍTULO 10 ] CAPÍTULO 11 ] CAPÍTULO 12 ] CAPÍTULO 13 ] [ CAPÍTULO 14 ] CAPÍTULO 15 ] CAPÍTULO 16 ] CAPÍTULO 17 ] REFERENCIAS ]

 

CAPÍTULO 14

CONDUCTAS SEXUALES NO TÍPICAS

 

 

CRITERIOS DE ANORMALIDAD

La sexualidad no-típica se refiere a esas conductas sexuales que no son muy comunes y aparentan tener algo de "desviado" en términos de los valores culturales presentes en la cultura en la cual se nota esa conducta en particular. En otros libros se conocen como las "parafilias", que técnicamente se refieren a las conductas sexuales anormales que son así definidas por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (el DSM-4R) y representan conductas que se basan en algo no usual, extraordinario o muy extraño en vez de basarse en una relación emocionalmente positiva entre las dos personas. En general, la sexología prefiere, en muchos casos el uso de la terminología de "conducta no-típica" lo cual implica que son conductas, no necesariamente enfermizas ni desviadas (en el sentido negativo de la palabra), sino poco comunes, entendiendo que el hecho de ser poco común no necesariamente implica algo "malo" o "desviado".

En la historia de cómo la psiquiatría y la psicología han interpretado el asunto de la conducta desordenada sexual podemos ver que por mucho del pasado inmediato las ideas de Krafft-Ebing, ilustre médico del Siglo XIX, quién en su libro Psicopathologie Sexualis define categóricamente a las parafilias sexuales. Las ideas propuestas por Krafft-Ebing se mantuvieron vigentes hasta la época de la Revolución Sexual en los 1970s, dónde multitudes de estudios empíricos se hicieron que cambiaron mucho de lo que Krafft-Ebing había propuesto. Aunque a nivel científico muchas de las ideas de Krafft-Ebing han sido refutadas, a nivel público todavía quedan. Más que un libro científico, Psicopathologie Sexualis es más representativo de las ideas teológicas de Tomás de Aquino convertidas a la jerga científica, especialmente la proposición de Aquino de lo que era el sexo contra-natura.

Según Krafft-Ebing, la parafilia principal, que sirve de base a todas las otras es la masturbación. La masturbación es propuesta como un mal que progresivamente va entorpeciendo los procesos de pensamientos y de valores morales de la persona causando que progrese a otras actividades cada vez más y más depravadas. Estas actividades consecuentes de la masturbación son detalladas una por una e incluyen no sólo las que hoy día se siguen considerando parafilias sino también actividades como la homosexualidad y bisexualidad. Se debe tener cuidado cuando leyendo la literatura en el área de las parafilias pues todo eso escrito antes de los 1970s va a hacer echo de las ideas incorrectas de Krafft-Ebing. Si lo que leen comienza con describir la parafilia de masturbación, ya saben que lo que leen está pasado de tiempo (o si es contemporáneo, que el autor está ignorando todos los estudios empíricos que se han hecho sobre la masturbación). Los proponentes de la "adicción sexual" cómo una parafilia proponen ideas inquietantemente similares a las de Krafft-Ebing, con la misma contaminación de dogma religioso con conocimientos empíricos.

En la Psicología, la definición de lo que es "normal" y "anormal" es extremadamente difícil de hacer. Aún así, se tendrá que intentar hacer en este capítulo dado que es precisamente el tema del capítulo. Existen varios criterios que se pueden aplicar al desarrollo de una definición de lo que es anormal.

El Criterio Estadístico de Anormalidad

El criterio estadístico de anormalidad se refiere a la aplicación del concepto estadístico de la curva normal a la conducta sexual. Casi todas las cualidades humanas demostrarían una tendencia a distribuirse normalmente en la población. Esto se refiere a que producen una curva de forma de campana, dónde es claro observar un promedio, destacado por ser la conducta de mayor incidencia en la población,  y hacia cada lado del promedio vemos una incidencia cada vez menor según se "desvía" la conducta de esa del promedio. En otras palabras, la conducta "normal" es esa de mayor incidencia y las "desviaciones" son esas que muy pocas personas exhiben.

Este proceso es fácil de ver en las puntuaciones de los cocientes de inteligencia (CI). Las pruebas de inteligencia son "normalizadas" para que las puntuaciones específicas puedan compararse entre sí, de manera tal que si alguien tiene un CI de 100, esa persona tiene una inteligencia "normal" puesto que 100 es el promedio poblacional en la prueba (cerca del 68% de la población tiene ese cociente). La curva normal también tiene una dispersión, que se refiere a la separación promedio que se puede ver entre las puntuaciones que componen la distribución de números. El modelo abstracto estadístico de la curva normal provee información sobre la "desviación típica" (standard deviation) que se esperaría ver, con los por cientos poblacionales correspondientes, de manera tal, que sabemos que el 68% de la población caerá dentro de la primera desviación típica por encima y por debajo del promedio. También se sabe que un 15% adicional caerá dentro de la segunda desviación típica por encima y por debajo del promedio, y el resto de la población caería más allá de estas dos desviaciones típicas.

En muchas medidas, la anormalidad psicológica se considera que existe cuando la desviación típica excede a 2. En el ejemplo de los CI, la desviación típica es de 15 puntos y por lo tanto, personas con CI de menos de 70 y más de 130 se consideran "anormales". Noten que es tan anormal estar demasiado por arriba (CI de 130) que estar demasiado por debajo (CI de 70), pero el uso mundano de este concepto demuestra que las personas solamente consideran "desviado" el extremo bajo porque implica retraso mental.

Lo esencial del criterio estadístico de anormalidad es que cuenta las observaciones hechas y basadas en la incidencia, una conducta específica es tildada de "normal" o "anormal". Por ejemplo, la mayor parte de los adultos entre las edades de 30 y 50 años están casados. Por ende, el estar casado es la norma y el estado de "no-casado" es la anormalidad. Manteniendo en mente que "anormalidad" sólo significa que la conducta no es igual a la conducta promedio. Aún mucho más importante, el concepto de desviación estadística no implica un juicio de valores, sólo implica que existe una diferencia en la incidencia de la conducta. Mientras que el concepto de "trastorno mental sexual" implica algo negativo.

Aplicando este concepto a conducta sexual se pudiera señalar un ejemplo. Como se vio anteriormente, la incidencia del sexo anal en parejas heterosexuales es alrededor de 25%. Esto implica que es una conducta minoritaria y por definición, se desvía de la conducta promedio (que es no practicar el sexo anal, lo cual se ve en el 75% de la población). A nivel del criterio estadístico, la conducta de sexo anal es desviada (tal como los CI de 70 y de 130 son desviados). Pero si es o no "desviada" en términos de enfermedad mental sexual es otro asunto mucho más complejo que la mera comparación de números. Después de todo, mucho menos del 5% de la población bucea, y si se fuera a aplicar este criterio, la gente que disfruta del deporte de bucear serían personas "desviadas" y con el trastorno mental del "buceo" (lo cual no existe en el sistema de clasificaciones de trastornos mentales).

Es mucho más útil clasificar conductas de baja incidencia poblacional como conductas no-típicas, lo cual no implica un juicio de valores, sino que se reconoce el hecho de que tales conductas no son practicadas por la mayoría de la población. Lo mismo se pudiera observar de las personas que disfrutan de comer escargot (caracoles). La incidencia es bien baja, y sencillamente sería una conducta no-típica relacionada al gusto gastronómico de la sociedad y no un trastorno mental debido a la baja incidencia de esa conducta. Si uno se pone a pensar encontraría numerosos ejemplos de esta distinción.

El Modelo Socio-Cultural de Anormalidad

El modelo socio-cultural de anormalidad es muy parecido al modelo estadístico excepto que en vez de contar la incidencia actual de la conducta, este modelo usa la incidencia "ideal" que la cultura cree debe existir en la conducta. Por ejemplo, entre el 60% y el 70% de los estudiantes universitarios están activos sexualmente. Cómo la gran mayoría de ellos y ellas no están casados o casadas, podemos asumir que la conducta sexual que exhiben cae bajo "sexo premarital". A nivel del criterio estadístico vemos que el sexo premarital es lo típico y el no estar activo o activa sexualmente es lo no-típico.

Pero en el modelo socio-cultural (que en esta sociedad se relaciona cercanamente con la religión Cristiana), lo "normal" es no tener sexo premarital y lo "desviado" es tener sexo premarital. De esta definición se puede notar que este modelo es muy parecido al modelo estadístico, con la excepción que se añaden juicios de valores morales para definir lo que es normal y anormal. Es en este modelo también se puede notar que se ha añadido un concepto nuevo, que es el concepto de "desviación" cómo definido por esa cultura específica.

También se puede notar que cómo es la cultura quien arbritariamente define a la desviación, cada cultura pudiera tener una definición diferente y lo que es desviado o normal pudiera variar tremendamente a través de las culturas. Obviamente, si estamos hablando de trastornos mentales, se pudiera observar que lo que es un trastorno mental es independiente de cultura y no se deberían notar estas variaciones. Es claro entonces que la definición cultural sólo se refiere a valores culturales y no pueden ser usados como definiciones de lo que es o no un trastorno mental sexual. El modelo socio-cultural lo que actualmente hace es definir lo que aceptable y lo que no es aceptable en esa cultura particular.

El Modelo Médico de Enfermedad Mental

El modelo médico de enfermedad mental se basa en la suposición de que debajo de cada trastorno mental existe una base bio-fisiológica que explica al trastorno. Más importante aún, este modelo implica que hay una equivalencia entre lo físico y lo mental, especialmente a nivel de diagnóstico. Esta última implicación ha sido muy cuestionada dentro de lo que es el ámbito de trastornos mentales en la psicología y especialmente dentro del ámbito de la sexualidad.

Para entender el problema de este modelo se puede señalar que a nivel de enfermedades (o desórdenes físicos) el diagnosticar es basado en criterios objetivos y claros. Un hueso partido produce rayos X que claramente demuestran la "desviación" que existe en comparación al mismo hueso pero en su estado "normal". Otro ejemplo sería que el volumen de una hormona (por ejemplo TSH--Thyroid Stimulating Hormone) en la sangre normalmente varía entre 0.8 y 1.6 unidades y por lo tanto si el laboratorio encuentra que una persona tiene 4.0 unidades de TSH, esas 4.0 unidades representan un estado "anormal" de esa hormona en la sangre lo cual implica un posible trastorno de la Tiroides. ¿De dónde vienen esos criterios de "normalidad"? Vienen de los estudios de personas saludables que han indicado cuáles son los parámetros límites que separan lo que es normal de lo que es anormal en relación al funcionamiento óptimo del cuerpo humano.

El suponer que existen criterios igualmente de objetivos cuando el trastorno es mental y no físico pudiera ser un error. Esto es especialmente verdad en la sexología, dada la relación que las creencias religiosas tienen sobre la sexualidad y los valores morales culturales. El modelo médico mismo tiene problemas serios con hacer diagnósticos "objetivos" que no estén contaminados con valores culturales de trastornos mentales. Por ejemplo, consideren estas dos culturas muy diferentes en la cuestión de religión: La cultura A es muy parecida a la de nosotros, altamente religiosa; la cultura B es una cultura totalmente secular y conceptos religiosos no aparecen a nivel de los valores culturales. Consideren los siguientes casos: Elena es una joven, estudiante universitaria, que un "jueves social" cuando volvía de su sitio favorito, se encuentra con un  "árbol" que le habla y le dice que "debe" enmendar los errores de su conducta antes de que sea demasiado tarde. Ana es otra joven universitaria a la cuál se le ha diagnosticado un cáncer inoperable. Ella va a la capilla de la Virgen del Pozo y reza toda la noche el mismo jueves social. Al final de la noche Ana escucha que la estatua de la virgen le habla y le dice que no se preocupe más pues sus rezos han sido escuchados.

¿Cómo interpretan las dos experiencias? Viniendo de una cultural similar a la A, el primer caso sería interpretado a nivel de que Elena ha tenido una "alucinación verbal", lo cuál es típico del trastorno mental llamado esquizofrenia. Si Elena fuese a un hospital que tiene un ala de desórdenes mentales, lo más probable que la ingresen para observarla por 48 horas (eso es muy típico, si no lo creen, vayan a un hospital y digan que desde hace días sus muebles han intentado hablarles a ustedes y verán). Mientras que en el caso de Ana, lo más probable que uno sienta una emoción profunda al notar que estamos escuchando sobre una intervención divina. Por el otro lado, en la cultura B ambas, Elena y Ana serían observadas por 48 horas dado a que ambas jóvenes demuestran haber tenido una alucinación verbal. Esto implica que no es tan fácil divorciar al modelo médico de trastornos mentales (especialmente los sexuales) del modelo socio-cultural de desviación. Los médicos, los psiquiatras y los psicólogos no viven aislados de la cultura y los valores culturales van a tener una influencia palpable en lo que ellos o ellas determinan es un "trastorno".

El Modelo Psicológico de Anormalidad

El modelo psicológico de anormalidad trata de resolver algunos de los problemas de los modelos anteriores. Este modelo toma en cuenta varios factores importantes:

1. Los efectos de la conducta en la persona: La conducta es anormal si ésta se vuelve un obstáculo indeseado en relación a las metas de la persona. En este caso se diría que la conducta es "mal adaptada" porque en vez de ayudar lograr las metas, las bloquea.

2. El daño causado por la conducta: La conducta es anormal si produce daños indeseados en la persona, o en otros u otras que también consideran indeseado ese daño, especialmente cuando conducta sigue repitiéndose aún con el daño indeseado que causa.

3. La conducta envuelve a personas sin su consentimiento o sin su conocimiento: Al joven que disfruta de "ligar" por la ventana a su vecina cuando ésta se baña demuestra conducta sin el consentimiento de la vecina y lo más probable que sin el conocimiento de que la conducta está ocurriendo.

4. Conductas que envuelven desviaciones graves de valores culturales: Algunos mores sociales pueden ser violados sin mucha condena social, cómo por ejemplo el sexo premarital. La sociedad no se "vira" al revés porque una pareja no casada tiene relaciones sexuales. Sin embargo, el more social prohibiendo conductas sexuales que envuelvan a menores de edad produce una reacción mucho más negativa que en el primer ejemplo. Sólo una persona con trastornos mentales serios se arriesgaría a provocar una reacción social de tal magnitud negativa.

5. El control sobre la conducta: Tal vez el criterio más impactante de cuando una conducta es "trastornada" es el control (o la falta de control) que tenemos sobre ella. Si una persona nota que lo que le gusta hacer produce consecuencias negativas en su vida, esa persona adoptaría otras conductas menos ofensivas para reemplazarla. Pero si la persona continúa con la conducta que le gusta aún cuado ésta le trae problemas serios, entonces tenemos el desarrollo de conducta "compulsiva".

Este criterio es claro de ver en el siguiente ejemplo: Juan y Alberto tienen un gusto muy parecido, ambos se excitan sexualmente cuando sus respectivas esposas se desvisten y caminan en ropa interior hecha con muchos encajes. Pero Juan difiere de Alberto en que para Juan, la erección del pene no ocurre a no ser que su esposa se vista así mientras que para Alberto, la situación lo excita mucho, pero si su esposa se "olvidó" o no pudo vestirse con esa ropa interior, él sigue teniendo una erección. En el primer caso vemos que se ha desarrollado una parafilia llamada "fetichismo" mientras que en el segundo caso lo que vemos es un "gusto" peculiar. La diferencia está en que para Juan, el objeto "ropa interior con encajes" tiene que estar presente para que su respuesta sexual ocurra. Es claro, entonces que no es el "gusto" relacionado al objeto lo que produce el problema sino la presencia obligatoria del objeto para que la reacción sexual pueda ocurrir. Es importante entender esta distinción o de lo contrario muchas personas que tienen gustos peculiares van a pensar que sufren de un trastorno sexual.

Una Crítica Importante Sobre el Concepto Mismo de Desviación Sexual

El reconocido psicólogo Albert Ellis, en su libro titulado Sex and the Liberated Male, (El Sexo y el Hombre Liberado, 1976) ataca el concepto común de los que es una desviación sexual. El Dr. Ellis fue el proponente en la psicología de la Terapia Racional-Emotiva que, entre otros, propuso el concepto de que nuestras reacciones emocionales a las situaciones que enfrentamos no son el producto de nuestra interacción con esa situación sino el producto directo de cómo, a nivel cognoscitivo (a nivel de nuestro pensamiento), respondemos a la situación. Una persona que responde con el pensamiento de "esto es la catástrofe final, me acabará" a algo negativo que le pase va a responder a nivel emocional muy diferente de otra persona que a la misma situación piensa "esto es malo, pero yo puedo superarlo". En el primer caso la persona produce emociones que ellas mismas serán obstáculos para resolver su problema, mientras que en el segundo caso la respuesta emocional será facilitadora de resolver el problema. Cómo terapista, Ellis se ha destacado por atacar el fraude y la hipocresía que muchas veces es evidenciado en nuestra cultura, especialmente en relación a la sexualidad. El siguiente resumen está tomado del capítulo 13 del libro.

Según Ellis muchas autoridades culturales y especialmente las legislaturas de muchos estados y países han tratado de definir lo que es una desviación sexual y prohibirla o a través de los mores culturales o a través de las leyes mismas. Estas prohibiciones carecen de validez y se basan mayormente en las siguientes creencias que personas "desviadas" (p. 281-286):

1. Actúan de manera peculiar o son conductas estadísticamente "anormales": La respuesta de Ellis a este criterio es la misma que se ofreció anteriormente en relación al criterio estadístico. Básicamente, es ridículo pensar que algo es "desviado" (significando malo) sencillamente porque no es muy común verlo. Aquí lo único que hace a algo "desviado" es la definición, la cual es puramente arbritaria.

2. Se burlan de las leyes o de los tabúes sociales: Definidamente, si alguien "se burla" de la ley, esa persona va a tener problemas serios. Pero, según Ellis, las leyes no son necesariamente lo correcto en todo momento y en todos los sitios. Por ejemplo, en algunos estados sureños de los Estados Unidos existieron (todavía existe en el estado de Alabama) leyes que prohibían el matrimonio entre personas de diferentes razas. El mero hecho de que la ley existía no la hacía algo necesariamente bueno para el ser humano y probablemente muchas parejas de raza mixta sufrieron las consecuencias de amar a alguien prohibido por la ley. ¿Fueron esas personas "desviadas" sexuales? Muchos dirían que hoy día no se toleraría que el Estado se entrometiera en las relaciones emocionales entre dos personas y muchos estarían muy equivocados. La ley hoy día no prohíbe que dos personas de diferentes razas se casen pero prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo biológico.

3. Exhiben conductas contra natura: Mayormente este criterio es derivado de los escritos de Tomás de Aquino, quien acuñó la frase de "contra natura" en referencia que la conducta sexual natural es esa dirigida a la procreación y que toda otra alternativa es anormal. El problema básico de esta suposición es basado en que cada cultura define lo que es "natural". Por ejemplo, muchos de nuestra cultura moriríamos de hambre si nos ponen en una casa aquí, con rejas sin poder salir y sin comida. Mientras que otras personas de otras culturas vieran la cantidad de "comida" disponible (multitudes de insectos, dado que este es un país tropical). Para algunas culturas, el comerse un suculento insecto es lo más natural del mundo, mientras que para nosotros, eso sería algo "contra natura". Según el punto de vista de Ellis, lo que una persona hace, solamente lo puede hacer "naturalmente", pues ¿qué otra cosa es posible? y si una conducta sexual se puede practicar sin que le cause inconveniencia o daño a uno o a su pareja, ¿qué importa que la conducta no procree? ¿Acaso es el procrear una "obligación" natural? ¿Acaso no es el placer una motivación natural para toda conducta? Si miramos con cuidado veremos que las personas que sí desean tener hijos e hijas no demuestran tener un deseo insaciable de procrear. Muchas parejas se limitan a la cantidad de hijos e hijas que van a traer al mundo. El placer del cuerpo es algo también muy natural y el tener relaciones sexuales por el placer que producen es algo que necesariamente tiene que ser "natural".

4. Exhiben conductas "animalistas": Para Ellis, este criterio es ridículo totalmente. Los animales rara vez demuestran conductas compulsivas (a no ser que un ser human perverso se las enseñe). Además, este criterio contradice el anterior, pues la conducta "animalista" está más orientada a la reproducción que la conducta sexual humana. Como ejemplo, la hembra de la gran mayoría de los mamíferos solamente participa en copulación cuando está ovulando (Oestrus). El ser humano cuando más demuestra ser "animalista" es cuando él o ella se auto-limita a la procreación para tener relaciones sexuales. Es la creatividad del cerebro humano lo que "inventa" multitudes de otras razones para tener relaciones sexuales y algo que claramente distingue al ser humano de otros mamíferos.

5. Exhiben conductas que van contra la "ley de Dios": Lo interesante de este criterio es que no define a cuál "Dios" se refiere. ¿Es este Dios, por casualidad, Yahvé de los Judíos, o es este el "Dios", Padre de Jesucristo, o es este "Dios" el conocido como "Allah" para los musulmanes? Más complejo aún, ¿se refiere "Dios" al Buda? Se debe evitar el etnocentrismo de la primera pregunta que se refiere a las 3 religiones modernas basadas en el Judaísmo antiguo (la judía moderna, la cristiana y la musulmana) cuando en realidad, una gran parte de la población global viene de los países del Asia y allá el Budismo es la religión predominante. Aún dentro de la religión cristiana no existe un acuerdo total y completo de cuáles conductas van contra las leyes cristianas, como por ejemplo el uso de contraceptivos, el cual no es visto mal por muchas denominaciones protestantes pero es un pecado mortal dentro del dogma católico. Es claro que el tema de lo que va contra la ley de "Dios" quienquiera que Él sea pertenece en los sermones de la iglesia, templo, mezquita o lo que sea y no dentro de las leyes seculares que aplican a todas las personas (creyentes o no) y menos que menos en las definiciones de anormalidad propuestas por psicólogos. Queda también el hecho de que cómo un mero ser humano puede actualmente actuar contra la Ley de un Dios Todopoderoso.

Para Ellis, un trastorno psicológico existe cuando la persona compulsivamente actúa de una manera en particular, aún cuando esa conducta le trae problemas serios e interfiere con su desarrollo personal. Pero el mero hecho de que algo es poco común, o es criticado por alguna religión en particular o cultura en particular, o porque no es una conducta sexual reproductiva, no lo hace una "desviación" queriendo decir un trastorno psicológico sexual. Aunque Ellis escribió estas críticas en el 1976, una lectura general de varios textos sobre la sexualidad humana indicaría que la sexología moderna hace "eco" de las mismas. El modelo de trastorno psicológico propuesto anteriormente también le da importancia al criterio de compulsividad.

LA CLASIFICACIÓN DE LAS PARAFILIAS

Para definir algunos de estos trastornos sexuales se usará el modelo sugerido por Crooks y Baur (1999) en su texto de sexualidad humana. Los autores dividen a las parafilias en dos grupos: las parafilias coercitivas que son esas conductas sexuales raras que envuelven a otras personas sin consentimiento o sin su conocimiento y las parafilias no-coercitivas que son esas conductas sexuales raras que sólo envuelven a la persona que las practica.

Parafilias No-Coercitivas

El Fetichismo

Cómo mencionado anteriormente, el fetichismo envuelve el responder con excitación sexual a algún objeto, situación o parte del cuerpo en vez de responder a un ser humano. El uso de ropa interior o el imaginarse ciertas partes del cuerpo de una persona que le gusta a uno durante la masturbación es relativamente común y no debe confundirse con el fetichismo. Es fetichismo cuando la persona no puede funcionar sexualmente si le falta el objeto de interés. Una variedad enorme de objetos pueden servir de objeto del fetichismo y aparentemente sólo está limitado por la creatividad de la imaginación de muchas personas. Se ha sugerido que la habilidad del objeto de producir excitación sexual se desarrolla a través de un proceso de acondicionamiento clásico, similar a la respuesta de salivar a la campana que los perros de Pavlov demostraron en el laboratorio. El apareamiento del objeto con la excitación sexual producida en la interacción produce que el cuerpo responda con excitación sexual en una futura instancia de ver ese mismo objeto. La relación entre el objeto y la reacción sexual se intensifica mientras más se repita ese apareamiento de los dos estímulos.

El fetichismo es relativamente común, es visto mayormente en hombres, y rara vez produce problemas con la ley, a no ser que la persona que sufre del fetichismo le de por robar los objetos de fetiche. Este autor se recuerda de una situación en particular que ocurrió durante sus estudios doctorales en la Universidad de Purdue, cerca del 1980. La comunidad universitaria fue muy preocupada porque había alguien que se dedicaba a acosar a las mujeres que encontraba solas, y les robaba un zapato (casi todos de taco largo). En otros casos, el fetichista pudiera entrar en las casas o apartamentos para robarle alguna prenda de ropa interior a una mujer. Sin embargo, en casos extremos (y cabe decir muy infrecuentes) el fetichista pudiera matar y mutilar a sus víctimas para obtener alguna parte del cuerpo de la persona que es el objeto del fetichismo (como por ejemplo en la película The Silence of the Lambs, dónde el fetichista mataba a las mujeres y les quitaba parte de la piel para él hacerse una piel propia que lo convertiría en mujer.

Debido a lo privado que es esta parafilia, la mayor parte de los fetichistas mantienen su predilección oculta, aunque muchas veces la comparte con sus parejas sexuales quiénes no encuentran inconvenientes en acomodar los gustos de él. Una forma intensa de fetichismo es la siguiente parafilia, el travestismo.

El Travestismo

Cuando el hombre fetichista desarrolla una intensa reacción a fetiches de ropa femenina, éste comienza a necesitar el estar en contacto con esa ropa para reaccionar sexualmente. El hombre comienza a ponerse la ropa en cuestión, especialmente la ropa interior pues es fácilmente escondida del escrutinio público. Este tipo de transvestimo es practicado por hombres heterosexuales mayormente, recordando que el objeto es un símbolo del cuerpo de la mujer que él desea. En su propia privacidad, el hombre pudiera vestirse completamente como una mujer, y en casos donde su pareja conoce de este gusto peculiar, pudieran ambos interactuar. Existen organizaciones de transvestismo que se reúnen de vez en cuando para intercambiar información sobre estilos de vestir, de usar maquillaje y otros. Hombres casados cuyas esposas conocen de esta predilección muchas veces participan juntos, ambos vestidos de mujer, a estas conferencias. Sin embargo, la práctica del transvestismo se mantiene bastante privada en este grupo de personas.

También se debe mantener en mente que la práctica de algunos hombres de vestirse de mujer es motivada por otras razones que no son directamente el impulso erótico en la persona. Por ejemplo, por mucho tiempo en la cultura occidental no se permitía que las mujeres actuaran en obras de teatro y por tanto los roles de mujeres tenían que ser asumidos por algún hombre. La habilidad de un hombre de poder hacerse pasar por una mujer se volvió "arte". Este tipo de transvestimo llegó a su máxima popularidad durante la primera mitad de los 1900s, y muchos nightclubs, especialmente en Europa, exhibían actos de transvestitas. Este fenómeno todavía existe en la época moderna, basta señalar las varias películas (Tootsie, Mrs. Doubtfire, entre otras) que han demostrado esta forma de transvestimo. Es claro ver también que la orientación erótica de las personas en esta forma de travestismo no se relaciona al travestismo. Esta es la práctica más pública del trasvestismo, como es de esperar.

Una tercera forma de travestismo ocurre en el mundo de la prostitución. La creencia machista que la masculinidad envuelve la penetración produce creencias populares que mientras un hombre "penetre", él es macho, así sea que la persona "penetrada" sea otro hombre. Personas que buscan intercambiar sexo por dinero pueden tomar ventaja de esta situación vistiéndose de mujer cuando solicitan en las calles. Así, pueden hacer negocios con hombres heterosexuales y hombres homosexuales (doblar las posibilidades de la clientela). Cómo para estas personas (los trasvistitas) lo único que le interesa de la interacción es el dinero que se les pagará, la actividad sexual no define necesariamente su predilección erótica. El trasvistita puede que sea homosexual, o lo que usualmente se ve es que es heterosexual. Lo que más les interesa a estos trasvistitas es el pago que recibirán y no la interacción sexual. Como este tipo de travestismo es altamente visible en la sociedad (basta pasar por las calles del centro de muchas ciudades grandes latinoamericanas después de cierta hora de la noche), muchas personas afirman el mito falso de que a los hombres gays les gusta aparentar ser mujeres.

El Sadismo y el Masoquismo

El sadismo se refiere a la necesidad de producir dolor o humillación en la pareja para poder obtener excitación y placer sexual. Mientras que el masoquismo se refiere a la necesidad de sentir dolor o de ser humillado o humillada para poder obtener excitación y placer sexual. Esta parafilia se considera no-coercitiva porque mayormente la pareja está de acuerdo a lo que hacen y raras veces se envuelven con personas que no han consentido. En muchos casos, la pareja acuerda, antes de mano, lo que será o no permitido en la interacción sexual. En muchos casos la interacción es altamente simbolizada y no actual (por ejemplo el recibir "de palos" con una almohada suave. Esta parafilia no es tan común y como la sociedad la evalúa negativamente, es una conducta que se mantiene bastante escondida.

Muchas de las personas que practican este tipo de conducta sexual tienden a intercambiar los roles aunque personalmente tengan una predilección pare el uno o el otro. Esto es mayormente debido a lo difícil que es encontrar parejas para tener relaciones sadomasoquistas y si la pareja de la persona no siempre quiere hacer el rol de masoquista, de vez en cuando tendrá que rotarse. La mayoría de las personas en la sociedad miran mal a este tipo de conducta debido a la relación entre el sexo y el amor que la sociedad promueve. Además, muchas personas piensan que las personas que practican sadomasoquismo "victimizan" a sus parejas. Esto es debido a que las personas en general no entienden muy bien lo que es la práctica de sadomasoquismo, que envuelve mayormente un juego social de dominio y sumisión.

Una mujer en una sociedad que le niega la libertad de disfrutar plenamente de su sexualidad se sentiría más cómoda en una situación donde ella es "dominada" y "obligada" simbólicamente a tener sexo. Así, el nivel de culpabilidad que ella siente es mucho menos y puede disfrutar de los placeres sexuales sin sentirse responsable por hacerlos. Por el otro lado, el hombre se siente más "hombre" al "conquistar" simbólicamente a su pareja y esto le añade placer al acto sexual. El lado opuesto también se puede notar. El hombre que tiene que ser agresivo y dominante para mantenerse "arriba" en la competencia cotidiana en el trabajo, puede relajar su role y volverse sumiso en la cama. Lo mismo se pudiera plantear para la mujer que usualmente asume roles sociales submisivos. También hay estudios que indican que en ambos casos, las actividades de dominar y de someterse causan cambios en el sistema nervioso que tienden a intensificar la respuesta sexual (tales cambios se ven en la presión sanguínea, el respirar, el pulso, entre otros).

Otros estudios que han indagado sobre la conducta sadomasoquista en la población general revelan que muchas personas disfrutan de alguna forma leve de dar o recibir dolor tal como el morder (o el que le muerdan a uno) la oreja, los labios, los pezones (o tetillas),  partes de los genitales y otros áreas del cuerpo. Este hallazgo tipifica uno de los problemas que se señaló al principio de este capítulo. Muchas de estas conductas llamadas parafilias demuestran ser en realidad un continuo dónde la incidencia en la población general es nunca, a veces, casi siempre y siempre. El apretar suavemente los labios de la pareja de uno con los dientes y el dar “nalgadas” son dos actividades que difieren sólo en su magnitud. El escoger un punto y decidir que de ahí en adelante, la conducta es una parafilia es bastante arbritario. Muchas personas disfrutan ocasionalmente de vez en cuando de conducta que se pudiera clasificar como sadomasoquista porque encuentran altamente excitante a nivel sexual lo inusual que esa conducta es. Otra vez, volvemos al tema de la compulsividad y la diferencia entre sufrir de una parafilia o de una variante no-típica sexual tiene más que ver con la "compulsividad" del acto y no con el acto mismo. Si la persona tiene que practicar conductas de dominio o sumisión para excitarse sexualmente, entonces pudiéramos decir que padece de una parafilia. Por el otro lado, si la persona sencillamente le saca placer a un acto que no es usual para ellos, lo peor que pudiéramos pensar es que tiene un gusto raro.

Klismafilia, Coprofilia y Urofilia

Estas tres parafilias se relacionan en que las tres tienen que ver con el acto eliminación. En casi todos los casos se practican con parejas dispuestas a participar en estas variantes del acto sexual. La Klismafilia es el derivar placer sexual en el acto de dar o recibir un lavado intestinal (enemas). Más comúnmente vista en el aspecto de recibir el lavado intestinal y relacionado, en muchos casos al haber relacionado lavados intestinales al cuidado materno cuando niño. No es una parafilia muy común.

La coprofilia se refiere al relacionar el acto de defecar al acto sexual. Personas que exhiben esta parafilia encuentran un intenso placer sexual cuando defecan sobre otra persona y a veces cuando ellos o ellas son defecados encima. La urofilia envuelve el acto de orinar y también se conoce en la calle como "deporte de agua" o "duchas doradas". Estas personas encuentran placer sexual en el acto de orinar encima a su pareja (o que su pareja le orine encima). Urofilia es la más común de las tres y el porqué de estas conductas no se entiende muy bien. Estas conductas son ofensivas más bien por su estética que por otra cosa. Lo que para una persona resulta ser un acto erótico intenso para otra es sencillamente algo asqueroso y cómo es obvio, estamos otra vez en una cuestión de gusto.

La Asfixia Auto-Erótica

La asfixia auto-erótica es una parafilia muy peligrosa. La práctica envuelve el producir un estado de casi-asfixia (falta de oxígeno en el cerebro) para intensificar el placer del orgasmo. La persona que lo práctica tiende a usar varios métodos para provocar la falta de oxígeno. Uno usado envuelve el ahorcarse con una soga mientras la persona se masturba (esta parafilia se ve casi totalmente en hombres). Otro método es el usar una bolsa de plástico y atársela a la cabeza para así inducir el estado de asfixia. La práctica es peligrosa debido que cualquier error de cálculo pudiera causar la pérdida del conocimiento en la persona al bajarle el oxígeno en la sangre y si estaba colgando de una soga, se ahorcará, o si se estaba con una bolsa de plástico amarrada en la cabeza, se asfixiará. Según estimados del FBI, según reportado por Crook and Baur en el 1999, alrededor de 1,000 personas en los Estados Unidos mueren anualmente como resultado de las asfixia auto-erótica. Otras personas usan la droga amyl nitrate (conocida en la calle como "poppers") para producir el mismo efecto de intensificar la sensación orgásmica. El uso de amyl no constituye asfixia auto-erótica pero también conlleva serios problemas de salud ya que sí cae bajo "abuso" de sustancia (amyl nitrate es un ingrediente presente un desodorantes de habitaciones y al olerlo en su forma pura, causa que las arterias en la periferia del cerebro se dilaten rápidamente y así reducen el fluyo de sangre oxigenada al cerebro).

Las Parafilias Coercitivas

El Exhibicionismo (Exposiciones Deshonestas)

Este tipo de conducta envuelve el enseñar los genitales a personas que no esperaban ver tal cosa. El exhibicionismo es tal vez la parafilia más común y es mayormente visto en hombres, los cuales proceden a masturbarse después de la exposición de sus genitales. En algunos casos la excitación sexual de exhibir sus genitales es tan intensa que puede lograr a producir un orgasmo durante la exposición misma. Casi siempre el hombre escoge un sitio donde el escape es facilitado. Crooks y Baur (1999) señalan que una gran parte de la población disfruta de exhibir su cuerpo, pero la diferencia está en que la persona con el trastorno exhibe su cuerpo a personas que no han consentido a verlo y el resto de nosotros exhibimos nuestros cuerpos usando ropa de playa diseñada a revelar lo que nos convenga en un sitio (la playa) donde es apropiado vestirse así de poco.

Los datos indican que el exhibicionismo es una de las parafilias más comunes y que contrario a lo que se pudiera pensar, rara vez envuelve peligro a la víctima. El exhibicionista mayormente deriva su placer sexual de "chocar" a su víctima y en muchos casos lo hace impulsado por sentimientos de ser inadecuado sexualmente (evita envolverse socialmente) y teme el rechazo. Otras razones son el afirmar la masculinidad de uno (la cara de asombro en la víctima confirma que él tiene genitales) y el castigar a la mujer víctima a quién él hace chivo expiatorio de sus problemas como hombre. Sin embargo, estudios modernos indican que muchos hombres que han cometido crímenes sexuales serios habían demostrado conducta exhibicionista en algún momento anterior. Estos datos sugieren una posible progresión de exhibicionismo a otros actos más dañino a las víctimas.

Voyeurismo (Ligar)

El ligar envuelve el responder con excitación sexual al acto de observar el cuerpo desnudo de otra persona o el observar a otras personas tendiendo relaciones sexuales, en ambos casos sin el conocimiento de la persona o las personas observadas. Un aspecto interesante de esta parafilia es que el grado de riesgo de ser detectado se relaciona al placer sexual de la actividad. Es por eso que personas que les gusta "ligar" no lo hacen en sitios dónde no hay ningún problema observando a personas desnudas, como por ejemplo playas que permiten la desnudez completa. El ligón típico es un hombre joven, él cual carece de destrezas sociales y exhibe un auto-estima negativo. Mayormente estos hombres prefieren ligar a personas desconocidas. La mayor parte de ellos se mantienen contentos "ligando" desde lejos, pero algunos pocos progresan a forzar la entrada a los hogares, asalto y hasta violación de la persona ligada. Como en el caso de la exhibición, el ligón deriva placer sexual a través de la masturbación durante el proceso de ligar.

Frottage (dar Chinitos)

El Frottage envuelve el acto de frotar los genitales de uno con una persona que no ha consentido a tener relaciones sexuales con uno. La actividad es mayormente practicada por hombres y mayormente en sitios que la "disfrazan", tal como guaguas llenas de personas, ascensores llenos, líneas de espera, sobre todo cuando están en movimiento (como para entrar a una tienda que tiene ofertas) y cualquiera otro que se caracterice por un alto nivel de hacinamiento y el contacto entre las personas es inevitable. En la mayoría de los casos el hombre frota su pene (dentro de su pantalón) con las nalgas o piernas de la víctima, raras veces toca las nalgas o genitales de la víctima disimuladamente y "sin querer". El hombre tiende a cambiar de "víctima" de vez en cuando para así no alarmar a una persona en particular. En la gran parte de los casos la "víctima" no se da cuenta y si lo detecta, la respuesta más común es coraje y el frotador trata de desaparecerse lo más pronto posible. En algunos casos el hombre continúa con esta actividad hasta que llega al orgasmo. En otros casos el usa las memorias del evento durante la masturbación en su casa.

Llamadas Obscenas

Esta parafilia es el equivalente verbal del exhibicionismo. Envuelve el derivar placer erótico a través del efecto de chocar a la "víctima" que en este caso es la persona que recibe la llamada. Estudios reportados por Croas y Bauru (1999) indican que muchas de estas llamadas son hecha a víctimas específicas y no son aleatorias. En algunos casos la llamada incluye amenazas de lo que el llamador hará si la mujer no lo escucha (rara vez él lleva a cabo la amenaza, y así la fuerza a escuchar las obscenidades que se le ocurra decir mientras él se masturba. Los autores señalan que si uno es víctima de estas llamadas, la manera de responder a la primera es determinante de lo que sucederá.

Manteniendo en mente que el efecto principal que estas personas quieren ver es el efecto de "chocar" a la víctima, por lo tanto, si uno le da ese placer, la persona seguirá llamando y llamando. Es importante no responder con emociones fuertes (especialmente colgando con fuerzas el teléfono). Algunas personas han logrado deshacerse del problema sencillamente pretendiendo que son medias sordas. Hoy día este problema se ha reducido debido a que la gran parte de la población tiene equipos telefónicos que identifican a la llamada que entra.

Troilismo

Esta actividad envuelve a dos personas que tienen relaciones sexuales mientras que una tercera persona las observa. En su forma común la pareja invita a una tercera persona a que tenga relaciones, usualmente a un hombre, él cual procede a tener relaciones con la mujer mientras que la pareja de la mujer se excita sexualmente y eventualmente él también tiene relaciones sexuales con su pareja. Se pudiera considera una forma de infidelidad consensual y pudiera verse en otras combinaciones. El troilismo representa una combinación de ambos exhibicionismo y voyeurismo. Casi siempre es iniciada por el hombre en la pareja y casi siempre es terminada por el mismo hombre dado que a veces él no puede lidiar con la respuesta emocional de celos al ver a su pareja con otro hombre.

Bestialismo (o Zoofilia)

Esta parafilia envuelve el tener relaciones sexuales con animales. La mayoría de los casos el bestialismo es transitorio y se ve en personas que no tienen la oportunidad de interactuar con otros seres humanos (especialmente si son hombre y viven en fincas). En esos casos la mayor parte de los hombres que han tenido la experiencia progresan en su desarrollo sexual normal a tener relaciones con seres humanos sin ningún inconveniente. En otros casos de bestialismo transitorio la persona es ya adulta y tal vez lo hace porque la conducta es tan "excitante" por ser tan rara. La otra forma es cuando el bestialismo es una parafilia y la persona sólo puede sentir excitación sexual cuando se envuelve con un animal, y la incidencia es bien baja. Los hombres usualmente tienen experiencias con multitudes de animales, especialmente esos que se ven en granjas. Las mujeres tienden a tener un círculo más restringido de posibilidades, limitándose mayormente a mascotas caseras. Este tipo de parafilia se relaciona a tener una visión bien negativa del sexo opuesto y es una manera de denigrar al mismo (el hombre prefiere al animal en comparación a la mujer). Como mencionado anteriormente, no es muy común y pudiera representar un trastorno psicológico más allá de lo aparente en la parafilia.

Necrofilia

La necrofilia envuelve el tener satisfacción sexual a través de actividades sexuales hechas con un cadáver. Tal vez cualifica de ser la parafilia menos común. En muchos casos es causada por trastornos psicológicos serios en el hombre (en quien casi totalmente se ve) relacionados al odio y miedo que tienen de las mujeres y la única mujer que es considerada sin peligro es una mujer muerta. Algunos hombres se dedican a desenterrar mujeres recién enterradas y tener sexo con los cadáveres de ellas. Otros, más extremistas, pudieran matar a una mujer para así conseguirse el cadáver. Mientras otros más pudieran sencillamente pagarle a una prostituta para que se maquille de cadáver y así pretender que están teniendo sexo con uno. Según Crooks and Baur (1999), hay datos que indican que Jeffrey Dahmer, infamoso asesino serial y mutilante de jóvenes homosexuales respondía a una urgencia necrofilia y muchos otros más matones seriales de mujeres representan extremos casos de necrofilia.

ALGUNOS MÉTODOS TERAPEUTICOS

Algunos de los métodos terapéuticos usados para lidiar con muchas de las parafilias envuelven alguna forma de modificación de la conducta. Estos métodos se basan en la aplicación de los principios del aprendizaje clásico y del aprendizaje operante para cambiar la conducta problemática por otra que es más aceptable a nivel social. Todos estos métodos parten de la premisa que la parafilia representa una conducta mal-aprendida y que el remedio es eliminar lo mal-aprendido y establecer una conducta apropiada en su lugar.

Entre estos métodos se encuentran las terapias aversivas que envuelven el asociar estímulos desagradables para la persona a los estímulos que producen la respuesta indeseada. Así la persona "aprende" o comienza a asociar algo bien desagradable a lo que antes le producía excitación sexual y entonces la conducta parafílica se reduce como consecuencia. Esta forma de terapia se usa cuando la persona siente atracción hacia la actividad parafílica, la cuál le produce mucho placer. Al reemplazar el placer por el estímulo desagradable, según se repite este apareamiento, la incidencia de la parafilia se reduce.

 Otra terapia que envuelve el aprendizaje es el entrenamiento de destrezas sociales, método que envuelve la enseñanza detallada, paso a paso, desde lo más primario hasta lo más complejo, de como actuar socialmente. Se usa en los casos dónde la conducta parafílica existe porque la persona no tiene los conocimientos necesarios para poder interactuar socialmente a nivel romántico

Finalmente, el reacondicionamiento orgásmico envuelve el cambiarle el estímulo (la parafilia) que usualmente lleva la persona al orgasmo por otro que es socialmente aceptable. Esto se hace a través de actividad masturbatoria a imágenes eróticas presentadas en la terapia. Cuando el momento del orgasmo llega, el terapista pone una imagen que es aceptable y el orgasmo cuando ocurre sirve de refuerzo a esa imagen. Según se repite el procedimiento, la persona comienza a demostrar más y más interés erótica en la imagen presentada.

 Otros métodos envuelven la psicoterapia, que se refiere al intento de mejorar la conducta de la persona a través de interacción verbal con un o una terapista. Estas terapias parten del punto de vista que la mayor parte de los problemas están en la forma en que la persona ha distorsionado sus pensamientos. La terapia es dirigida a cambiar la forma en que el paciente piensa para así efectuar cambios en la conducta parafílica.

También existen métodos que usan drogas que reducen la producción de andrógenos en el cuerpo. Como mencionado anteriormente en los capítulos de anatomía y fisiología, el andrógeno principal, la testosterona, se relaciona al impulso sexual. Drogas que reducen los niveles de andrógenos en la sangre reducen al impulso (o la urgencia de tener sexo) sexual. Algunos estados en los Estados Unidos han hecho compulsorio el uso de drogas anta-andrógeno en hombres encarcelados por crímenes sexuales y que son considerados para libertad bajo palabra. La principal droga usada es Medroxyprogesterone acetate, mejor conocida como Depo-Provera, que se usa como contraceptivo en las mujeres. Este tipo de tratamiento para las parafilias criminales todavía está en su infancia y quedan muchos interrogantes por contestar. Sin embargo, su uso se vuelve más y más popular a niveles legales. Los datos en la literatura de esta área indican que la combinación con psico-terapia aparente producir mejores resultados que la aplicación de la droga sin el seguimiento de psico-terapia. Algunos otros estudios indican que muchos crímenes sexuales tal como la violación de la mujer responden más a motivaciones hostiles que a motivaciones sexuales y por tanto, el reducir el impulso sexual dejaría sin afectar la motivación hostil de esos hombres.