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CAPÍTULO 8

LA ATRACCIÓN, EL AMOR Y LA INTIMIDAD

 

 

Algunas personas piensan que el área del amor y lo que atrae a una persona a otra debe dejarse fuera de la curiosidad científica. De hecho, en esta área de investigación se hace bien difícil conseguir subvenciones para la investigación. Pero una cosa que se debe tener en mente es que en nuestra cultura, las personas se casan por amor, y por falta de amor, se divorcian, son infieles y hasta matan a sus cónyuges. Niños que tienen que vivir el proceso de un divorcio se desarrollan con más problemas que esos que no, los problemas varían en severidad dependiendo en la edad. Por estas razones y otras, el área del amor y lo que atrae es definidamente algo que pertenece en las investigaciones psicológicas.

Antes de entrar en el tema del amor, miraremos el tema de la atracción interpersonal. ¿Qué es lo que atrae a dos personas? ¿Qué es lo que repulsa a dos personas aparte? Si le prestamos atención al sentido común cultural, pudiésemos contestar que "los opuestos atraen". Enseguida alguien, pensará que cuando era joven su abuelo le decía "dime con quien tu andas y te diré quien tu eres" que aparentemente contradice el primer refrán. ¿Cuál de los dos es cierto? ¿Nos agrada alguien porque esa persona es nuestro "opuesto" o nos agrada alguien porque se parece mucho a nosotros? Como vamos a ver en la siguiente sección, el segundo refrán es correcto la mayor parte del tiempo y el primero, es verdad si ciertas condiciones aplican.

ALGUNOS DETERMINANTES DE LA ATRACCIÓN INTERPERSONAL

Variables Situacionales

Se han notado varias relaciones entre algunas variables situacionales y la atracción personal. Por ejemplo, la distancia entre las personas. Los datos indican que la distancia se relaciona negativamente con atracción. Más atracción es probable que existan con personas que están a poca distancia de uno. Distancias grandes son obstáculos para la formación de vínculos de amistad y atracción. Es mucho más probable que nos guste alguien en nuestro pueblo que alguien en California. Según interpretaciones de algunos teóricos, distancias cortas permiten la interacción entre las personas mientras que grandes distancia la inhiben. En una investigación con estudiantes universitarios que se hospedaban en un edificio de la universidad se notó que la distancia entre las puertas de los dormitorios era un buen predictor de los vínculos de amistad que se habían formado durante el año académico.

Otra variable es la mera exposición. Por mera exposición, los científicos en esta área se refieren a estar expuesto a un estímulo sin interacción. En un estudio conducido por Zajonc en el 1968, el compra espacio en el periódico de una universidad que se publicaba diariamente. En ese espacio el pone ciertas palabras en el lenguaje chino. Las palabras chinas aparentan ser trazados ornamentales y se esperaba que la gran parte de los estudiantes que leían el periódico no entendieran el sentido de esas palabras. Zajonc varió el número de veces que cada palabra aparecía publicada de manera tal que algunas palabras aparecieron multitudes de veces publicadas, algunas varias veces y otras solamente una vez. Después de un tiempo de publicación, Zajonc indagó de una muestra de estudiantes, que leían el periódico usualmente, la predilección por dibujos trazados. Zajonc presenta cada palabra y los/las participantes tenían que indicar cuanto le agradaba esa palabra. Los hallazgos indicaron que mientras más veces publicada la palabra, más alto era el nivel de agrado que los/las participantes indicaban. Este se traduce a que mientras más frecuente vemos a una persona, más agrado esa persona produce en nosotros. Subsecuentemente se descubre también que si la reacción inicial es negativa, la frecuencia de exposición aumenta hacia lo negativo.

La reciprocidad también se ha estudiado como una variable que induce a la atracción interpersonal. Imagínate que estas escuchando una conversación entre tu amigo Luís y un desconocido, Tomás. Ellos no saben que tú estás ahí y están hablando libremente. Tú oyes que Tomás expresa opiniones muy positivas tuyas, indicación de que tú le caes muy bien a él. ¿Qué vas a sentir sobre Tomás, al cual no conocías? Estudios similares a esta situación se han hecho y los hallazgos indican que la atracción aumenta recíprocamente. El revés es igual, si Tomás habla mal de uno, en vez de atracción sentiremos repulsión. Otra manera de ponerlo es que si recibimos un buen trato de alguien, sentimos atracción hacia esa persona. La literatura en esta área indica que hay ciertos límites en esta situación y uno de ellos tiene que ver con nuestra habilidad de reciprocar el acto positivo. Esto es importante saber, sobretodo en el dar "obsequios". Si el obsequio recibido está fuera del alcance de la reciprocidad de una persona, en vez de atracción, la persona siente repulsión. En otras palabras, nunca de un "obsequio" que sobrepasa la habilidad de la otra persona de obsequiar de vuelta.

Variables Interpersonales

Una de las variables interpersonales más impactante en la formación de atracción entre personas es la similitud entre ellas. La similitud se ha estudiado en términos de varias características:

Atractividad Física: Una observación interesante es que parejas desde amistades hasta novios y personas casadas tienden a parecerse mucho en el grado de atractividad física que poseen. Este fenómeno en la psicología social se le ha dado el nombre de la hipótesis del apareo. La atractividad física, también, de por sí aumenta la atracción interpersonal que uno siente. Existe la tendencia en las personas de extender una multitud de rasgos positivos a otra persona basada solamente en su alta atractividad. Personas bien atractivas se ven como más sociales, más "sexy", más deseables como parejas románticas y más inteligentes. Este efecto se conoce como el "halo effect" (el aro de luz que rodea la cabeza de los santos).

Variables Sociodemográficas: Muchos estudios han confirmado que se siente más atracción hacia esas personas de nuestro mismo grupo social que hacia grupos diferentes.

Actitudes: Un área que ha producido multitudes de investigaciones es el área de la similitud en actitudes y su relación a la atracción interpersonal. De estos estudios se desprende la idea que al notar la similitud con otra persona, nuestra atracción hacia esa persona aumenta. Una de las razones dadas para explicar el fenómeno es que mientras más una persona se parece a uno, más fácil es predecir su conducta y eso nos hace sentir bien. Otra razón avanzada por los teóricos es que el que otra persona tenga actitudes similares valida las actitudes de uno. La similitud en actitudes es la variable que mejor predice la atracción interpersonal y solamente existe una excepción. Cuando la persona a la cual nos parecemos pertenece a un grupo social estigmatizado, en vez de sentir atracción positiva, sentimos su opuesto o repulsión. Varios experimentos han señalado que personas antisociales, vulgares, homosexuales y pacientes mentales producen repulsión si hay alguna similitud entre estas personas y los participantes.

El Modelo de Atracción Centrada en el Afecto

El psicólogo, Donn Byrne y colaboradores (1986) propusieron un modelo de la atracción interpersonal que se basa en las respuestas emotivas de las personas. El modelo propone tres factores importantes: 1) estímulos externos, 2) procesos afectivos y cognoscitivos dentro de la persona y 3) acciones respuestas y evaluativas hacia la otra persona.

En los estímulos externos tenemos las condiciones ambientales presentes (como por ejemplo, estar escuchando música de agrado) y las características observables de la otra persona (tal como su atractividad, su manera de expresarse, si nos sonríe o no, entre otras).

En los procesos afectivos y cognoscitivos tenemos las emociones positivas (así sean directamente relacionadas a la otra persona o al ambiente) y activación de lo que conocemos de la otra persona a nivel cognoscitivo, ambas dando lugar a que formemos una evaluación de la otra persona seguida por conducta que demuestre esa evaluación (nuestro acercamiento hacia la persona). Mientras tanto, si la otra persona está respondiendo también positivamente a la situación, también llegará a una evaluación positiva y responderá positivamente al acercamiento. Si tenemos otro encuentro con esa persona, la experiencia positiva anterior formará parte de los nuevos aspectos afectivos y cognoscitivos, produciendo una respuesta aún más positiva y así, las emociones se intensifican según tenemos más encuentros.

LA FORMACIÓN DE LA INTIMIDAD EMOCIONAL

Los factores que producen la atracción interpersonal ayudan a que dos personas estén juntas y puedan comenzar el proceso de conocerse. Dos aspectos importantes deben notarse desde el principio. Primero, el desarrollo de la intimidad emocional entre dos personas envuelve que ambas personas trabajen y se dediquen a esa meta; la intimidad sencillamente no cae del cielo ni se desarrolla por suerte. Segundo, aunque aquí se discutirán varias ideas o modelos, de como se desarrolla la intimidad, en la actualidad, cada uno de nosotros tiene que redescubrir el fuego de nuevo a través de nuestros propios ensayos, fracasos y éxitos. En otras palabras, la formación de una relación íntima emocional envuelve mucho trabajo y no existe "una" receta en particular que podemos seguir para asegurarnos el éxito. Siempre existe el riesgo del fracaso, que como veremos más adelante, es uno de los obstáculos a la formación de la intimidad emocional.

Etapas en la Formación de la Intimidad

Según la teoría del desarrollo propuesta por Erikson (1965), el aspecto central necesario para la formación de una relación íntima con otra persona es el amor propio. El amor propio se refiere a lo uno siente por uno mismo, la respuesta emotiva que damos cuando nos miramos en un espejo. Esto no se refiere a ser vano, ni a ser egoísta, se refiere a si nos respetamos a nosotros mismos, a nuestro compromiso y seguridad con nuestra identidad. Tener amor propio es sentirse seguro y confiado en la identidad de uno mismo.

Algunos de los otros requisitos para poder formar una relación de intimidad emocional son: 1) disponer con suficiente tiempo libre para esto, 2) el poder mantener la confidencialidad de la información que uno recibe, 3) el tener buenas destrezas de comunicación, 4) el no juzgar a otras personas.

Crooks y Bauer (1999) proponen las siguientes etapas en la formación de una relación. Estos autores señalan que las etapas describen relaciones de amistad a lo mismo que las relaciones románticas sexuales, con la única excepción de que sólo en las románticas sexuales la etapa final de "genitalidad" aplica.

Inclusión: La etapa de inclusión es sencillamente el primer acto de invitar a la otra persona a comenzar una relación. Se refiere a esas cosas que la gente hace para entablar una primera conversación. En el área de comenzar una relación romántica nueva, un estudio muy interesante conducido por  Kleinke and Dean (1990) investigó los efectos de la "primera línea" ("opening line") para conocer a alguien nuevo/nueva. El estudio comparó los resultados de tres tipos de "líneas": 1) la "cute" (por ejemplo: "hola, soy fácil y tu?", 2) la "inocente" (por ejemplo: "¿de dónde eres?" y 3) la "directa" (por ejemplo: "¿Quieres bailar esta canción?", encontrando que en una escala de atractividad, las personas que usan líneas "cute" eran vistos menos atractivos (5.59/9.00), que personas que usan líneas "inocentes" (5.93/9.00), que personas que usan líneas directas (6.48/9.00). Los hallazgos de este estudio se han replicado en otros estudios y por lo tanto pudiéramos concluir que ser directo es mejor que ser "cute" o "inocente". El caso es que durante la "inclusión" extendemos una invitación a otra persona a comenzar una comunicación con nosotros.

Respuesta: Para que una relación comience, la segunda persona tiene que responder positivamente al gesto de inclusión de la primera persona. El ignorar el gesto de inclusión, el mirar hacia otro lado evitando mirar a la persona en los ojos y otros gestos negativos pudieran poner punto final al comienzo de esa relación. Sin embargo, si la respuesta es positiva e incluye alientos como una sonrisa, la primera persona probablemente continúe la comunicación. Estas dos etapas ocurren juntas y se repiten varias veces mientras que las personas aumentan en la profundidad de la comunicación según pasa el tiempo.

Importancia: Según se profundiza la relación, las personas comienzan a darle importancia a la otra persona. Ahora, el bienestar de esa persona nos importa y sentimos un deseo de contribuir a la felicidad de esa persona.

Confianza: Según vemos que la otra persona se preocupa por nosotros y según vemos que la otra persona tiene nuestro bienestar en mente, comenzamos a sentir que podemos confiar en esta persona. Este sentido de confianza en la otra persona es el ingrediente esencial para el desarrollo de una relación íntima emocional y para su continuación. La confianza es el factor más fácilmente dañado y cuando lo es, es bien difícil repararlo. A la vez que nos sentimos más y más confiados con esta persona, comenzaremos a comunicar aspectos incrementalmente más íntimos, dejando a un lado los disfraces sociales que usualmente nos ponemos.

Emocionalidad: Según crece la relación íntima emocional entre dos personas, el cariño se desarrolla. El cariño casi siempre se manifiestas en las sonrisas, los guiñes de ojo, el brazo en los hombros, o miradas tiernas, dependiendo si estamos hablando de una amistad o de un romance. También se manifiestan los vínculos que sentimos con esa persona a través de sentarse juntos, abrazando, o simplemente tocando a la persona.

Alegría en Jugar: No todo en la vida se toma en serio. En una buena relación las personas también disfrutan de jugar juntos y esto casi siempre lo hacen muy exuberantes. Por ejemplo, amigos jugueteando en la playa, o amantes teniendo una "pelea" de almohadas en la cama.

Genitalidad: Las relaciones románticas continúan a la etapa de genitalidad en la cual las personas comienzan a expresar lo que siente a través de relaciones sexuales. Esta actividad sexual que está basada en un profundo nivel de intimidad emocional promueve un sentido de satisfacción emocional profundo según Cooks y Baur.

EL AMOR

Tal vez el problema más serio en el estudio psicológico del amor es que la subjetividad de esta emoción causa que cada persona lo defina de una manera en particular. Esto hace difícil el proponer una definición del amor que aplique a todas las personas. Estudios tempranos en esta área concordaban en que los ingredientes de confianza, ternura, pasión y preocupación por el bienestar de la pareja eran ingredientes claves en la formación de una relación amorosa. Hoy día una de las mejores teorías sobre el amor es la propuesta por Sternberg (1988).

La Teoría Triangular de Robert Sternberg (1988)

Según Sternberg, el amor consiste de 3 dimensiones: La pasión que se refiere al deseo erótico que una persona siente por otra; La intimidad que se refiere a la compenetración y conocimiento mutuo que puede existir entre dos personas; y El compromiso que se refiere a la dedicación de las personas en mantener la relación frente a cualquier obstáculo. Para Sternberg, el amor completo, o amor consumado, consiste de altas cantidades de estas tres dimensiones. Otros tipos de amor son posibles dependiendo de cómo se combinan estas dimensiones.

La infatuación (enchulamiento) consiste de la dimensión de pasión solamente. Este tipo de amor se basa en la atracción erótica que se siente hacia la otra persona. Si la pasión se comienza a combinar con la dimensión de intimidad, el resultado sería el amor apasionado (o amor romántico). Es común notar este tipo de amor temprano en una relación romántica, decayendo después de varios años. Por otro lado, si siguiendo a la pasión, la dimensión de compromiso se desarrolla, entonces tenemos el amor fatuo (o amor compulsivo) que lleva a la persona a formular planes para el futuro con el objeto de su amor. Este último es el tipo de amor que aparece en la película Fatal Attraction. En algunas relaciones se puede notar un solo ingrediente: compromiso (amor vacío). Las relaciones de amor vacío se caracterizan por mantener la relación sin ningún interés erótico ni íntimo con su pareja. Casi siempre es notado en parejas casadas que mantienen el matrimonio por sus hijos y no por interés mutuo, cada cuál con si vida social y sexual propia.

El amor de compañerismo (o de amistad) consiste de la combinación de intimidad y compromiso. Este tipo de amor crece lentamente según pasa el tiempo, su crecimiento siendo limitado por el crecimiento de la intimidad emocional entre las personas. Se basa en un sentido de confianza y compenetración mutua entre las personas. La presencia del factor de compromiso asegura que la relación perdurará a través de los posibles problemas que se presenten. Este es el tipo de amor que es duradero y mantiene a la pareja unida a través de los años.

Se puede notar, entonces, que una relación romántica va a comenzar con el amor romántico y mientras éste está en su cumbre, el amor de compañerismo tiene tiempo de formarse y así, cuando el amor romántico decae, el amor de compañerismo está suficientemente desarrollado para mantener a la pareja unida. Si no se ha desarrollado la intimidad, el amor de compañerismo no puede existir y cuando el amor romántico se reduce, las personas tienden a mirar fuera de la pareja, buscando otras posibilidades de envolvimiento amoroso.

Según el modelo propuesto por Sternberg, lo que determina cuán bien una pareja se va a relacionar es la congruencia relativa en estos tres factores. La pareja ideal sería esa dónde el amor romántico es aumentado por el amor de compañerismo. En otras parejas, lo importante sería que ambos tengan los mismos niveles de cada factor para que exista congruencia entre las dos personas. Multitudes de investigaciones han confirmado esta proposición.

John A. Lee: Estilos de Amar

El sociólogo, John Allen Lee, propuso en el 1974 unas descripciones de estilos de amar, rompiendo así con la tradición de describir el amor como un sustantivo. Las descripciones de Lee representan el acto de amar (verbo en vez de sustantivo). Según Lee, las personas exitosas en el amor son esas que desarrollan estilos de amar que son compatibles. En muchos casos, las personas fracasan en el amor porque sus estilos difieren drásticamente del de sus parejas.

Eros es el estilo caracterizado por la búsqueda del cuerpo ideal (o la belleza erótica) en sus parejas románticas. Ludus es caracterizado por la conquista de la pareja, lo romántico es visto como una cancha de juegos de conquista (similar al complejo de Casanova). Manía es el estilo de amor que demuestra la atracción hacia esas personas de las cuales no se está seguro o segura y por las cuales se siente una atracción compulsiva caracterizada por estados de celos y deseos intensos hacia la pareja. Storge se caracteriza por sentimientos de compañerismo que nacen del desarrollo de la intimidad con la pareja. Storge es lento en desarrollarse, pero perdura por largo tiempo y es característico de relacionas que perduran. Pragma es característico de personas que buscan personas compatibles con ellos o ellas. Pragma es también uno de los estilos que se produce relaciones altamente satisfactorias para la pareja. Finalmente, Ágape es el estilo de amar que es desinteresado. La persona siente un amor que solamente busca el bienestar de la otra persona sin ni siquiera requerir que la otra persona lo ame a uno. Este tipo de amor es mejor caracterizado como el amor que padres y madres sienten por sus hijos e hijas.

El Amor y el Sexo

Uno de los temas controversiales de la sexualidad moderna es la dicotomía del amor y el sexo. ¿Es el sexo sin amor aceptable moralmente? ¿Es agradable? ¿Es deseable? No es la intención de este autor imponer una posición moral sobre este tema. Sin embargo, es un tema que necesita ser discutido para poder entender todas sus implicaciones.

Como se notó en el Capítulo 2, la sociedad de la época Victoriana creía que la sexualidad era pecaminosa. Las personas de esa época buscaban amor mientras que evitan envolverse en relaciones sexuales. Hoy día, los medios de comunicación han producido una imagen muy diferente y muchas personas buscan sexo mientras que evitan envolverse en el amor (May, 1969). La pregunta importante es: ¿Es el sexo mejor cuando no hay compromisos ni intimidad, o es el sexo mejor cuando ocurre dentro de una relación amorosa e íntima?

Hay multitudes de fuentes de información sobre este tema, incluyendo a personas como Albert Ellis (1966) quién escribió casi 40 años atrás que la interacción sexual entre adultos es agradable aún cuando no ocurre dentro de un contexto amoroso, pero añadiendo que cuando existe amor entre las personas, el acto sexual produce una satisfacción más profunda. Ellis señala que el añadir el requisito de “amor” a la relación física sexual produce problemas de culpabilidad en las personas.

Hay personas que sencillamente no pueden amar fácilmente y el requisito de “amor” los condena a una vida sin sexo. Por otro lado, hay personas que desean tener relaciones sexuales pero no desean (o no están capacitados o capacitadas para tener) una relación de amor y compromiso en ese momento. El edicto social de que para tener sexo hay que sentir amor condena a estas personas a sentir un grado alto de culpabilidad sexual si tienen sexo sin amor, o no obtener la satisfacción sexual que merecen.

En peores instancias, las personas “fingen” sentir amor para poder obtener la satisfacción sexual que buscan. Todo, para quedar bien socialmente. Los autores Crooks y Baur (1996) señalan que muchas personas sexualmente activas pudieran estar enamorándose, comprometiéndose y casándose para así convencerses a si mismos/si mismas de que sienten amor y así haciendo legítimas sus relaciones sexuales.

Tal vez la variable más importante en esta sección es saber lo que uno quiere y cómo uno lo quiere. Esto requiere un análisis riguroso de nuestras actitudes y valores sobre la sexualidad y el amor. También requiere que uno esté dispuesto a tomar decisiones sobre el asunto y a mantener su curso sin ser caer víctima a presiones sociales o de otras personas, tal vez interesadas. Muchas personas en la sexología indican que una pregunta clave que uno se debe hacer es “si el tener una relación sexual con esta persona en este momento de su vida produciría un aumento o una disminución en su auto estima” (Crooks y Baur, 1996). El contestar positivamente a la pregunta sería indicación de que una relación sexual sería apropiada y el contestar negativamente indicaría que la relación sexual no sería apropiada en estos momentos.

Muchas personas creen que el aspecto sexual de una relación romántica es un aspecto de si o no. Esta es una posición muy simplista en vista del hecho de que las relaciones románticas pueden progresar a través de muchos pasos eróticos que comienzan siendo más indicativos de ternura, como por ejemplo caricias no sexuales, y que con el tiempo pueden progresar a actividades más y más eróticas. Durante ese tiempo de progresión la pareja pudiera estar desarrollando más y más intimidad emocional y también compromiso con la relación.

Lo importante aquí es que la persona sepa hasta donde puede progresar y que el culminar en una relación sexual no es necesariamente inevitable ni necesario para mantener la relación íntima y romántica que existe. Según la información dada por Crooks y Baur (1996) el progreso gradual hacia la intimidad sexual produce más satisfacción que el progreso apurado. La época moderna, con el énfasis en la satisfacción inmediata, hace difícil este progreso gradual y es prudente saber como frenar.

El mejor consejo que se puede dar es saber hasta que punto uno está dispuesto a llegar y hacer claro que uno no pasará de ese punto, en estos momentos. Esta decisión no tiene tanto que ver con la pareja, sino es un reflejo de las actitudes y valores personales que uno tiene. Si la persona es clara con su pareja, especialmente desde el principio y hace ver que no es nada personal hacia la pareja, es altamente probable que la situación no sea una que cause el fin de la relación.

Sin embargo, si aún después de hacer todo lo anterior claro, la pareja continúa insistiendo en llegar a relaciones sexuales inaceptables para la persona, tal vez es hora de reconsiderar la relación con esa pareja.

CUANDO TERMINA EL AMOR

Pocas veces se notan problemas cuando ambas personas en una relación romántica concuerdan en terminar la relación. Pero cuando es solamente una persona, de las dos, la que quiere terminar la relación, entonces vemos otra historia. Los datos en esta área indican que las personas sienten más estrés cuando tienen que terminar una relación en comparación a cuando ellos/ellas son los/las que reciben estas noticias. Algo que la mayoría de las personas concuerdan es que prefieren recibir la noticia directamente y claramente.

El ser rechazado en una relación romántica reduce el auto estima de la persona y causa que la persona piense que tiene algún defecto. Personas que permiten que el rechazo afecte profundamente su auto estima puede que eviten formar otras relaciones íntimas. El antídoto del efecto de rechazo es el entender que todas las personas tienen algo de ofrecer en una relación con alguien y que si la presente relación no fue exitosa, la razón tiene más que ver con la dinámica entre las dos personas en particular y no a que uno tiene características negativas. La próxima relación puede que sea con alguien más compatible con uno y por tanto, exitosa. La única manera de evitar la posibilidad de un rechazo es aislándose socialmente, y si eso es lo que la persona hace, entonces de seguro va a tener una vida solitaria.

LOS CELOS

Hay muchas maneras de definir lo que son los celos. Una definición aceptada es que los celos se refieren a una reacción emotiva negativa que se relaciona a la amenaza (real o imaginada) que una persona siente cuando su relación actual (o relación deseada) está en peligro de perderse por la acción de una tercera persona Crooks y Baur, 1996). Hay personas en la sociedad que piensan que los celos resultan del amor que una persona siente hacia otra, y siendo una relación directa, mientras más amor, más intensos son los celos. Esta explicación de los celos está bien alejada de la realidad. Los datos en esta área claramente indican que los celos más se relacionan a: 1) bajo auto estima; 2) personas con grandes discrepancias entre lo que ven que son y lo que quisieran ser y 3) personas que valorizan la riquezas, la fama y la popularidad (Crooks y Baur, 1996).

Los celos se manifiestan con sentimientos de ansiedad, coraje y depresión. Estos sentimientos negativos crean un ambiente demasiado hostil para el desarrollo de una relación saludable y terminan por destruirla. Los hombres tienden a ignorar los celos y cuando sí tienen que darle frente, enfocan en el aspecto sexual físico y culpan a la tercera persona o a su pareja. Las mujeres, por otro lado, tienen a darle frente a los celos desde el principio, enfocar en el envolvimiento emocional entre su pareja y la tercera persona, y tienden a culparse a si misma (Crooks y Baur, 1996).

Una manera de confrontar los celos de uno es primero reconocer que uno tiene estas emociones negativas y evitar su expresión en conducta. Como segundo paso, mirar hacia dentro de uno y tratar de averiguar de dónde originan. Si uno se siente inferior a la persona que nos hace sentir amenazados/amenazadas, uno debe entonces mirar las áreas en las cuales uno es mejor que esa tercera persona y enfatizar esas áreas. Si el origen es externo, debemos entonces negociar con la pareja las reglas para tener envolvimientos sociales con otras personas. Si la persona tiene problemas con el control del coraje resultante de los celos, la persona debe buscar ayuda profesional para el manejo del coraje. Los crímenes de pasión son productos de tales emociones negativas que en demasiados casos se expresan directamente en conducta sin que la persona así lo intencione.