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CAPÍTULO 10

MODALIDADES DE EXPRESIÓN SEXUAL

 

CONTACTO FÍSICO PLACENTERO

La Importancia del Contacto Físico en los Primates

Muchas especies de mamíferos, especialmente los primates, necesitan tener contacto físico placentero entre ellos. Si una persona observa a un grupo de simios notará que ellos pasan una gran parte del tiempo escarbándose mutualmente en busca de parásitos en todas partes del cuerpo. Estos animales se están tocando constantemente mientras hacen esta tarea.

La importancia del “tocar” en la niñez de la especie humana ha sido investigada en detalle, y los datos obtenidos han indicado consistentemente que el contacto físico placentero es necesario para un desarrollo saludable (Field, 2002) y también a nivel de adultos (Oerton, 2001) y de personas en terapia sexual (Aanstoos, 2001).

La pareja de investigadores, Harry Harlow y Margaret Harlow en el 1967 dieron a conocer los resultados de sus varias investigaciones con simios Rhesus. Los resultados indicaron que la privación de todo contacto físico y social desde que nacen causa una inhabilidad total de relacionarse a todo nivel social y sexual cuando los simios llegan a la adolescencia y adultez. En el estudio Harry Harlow reportó que la habilidad de sentir afecto positivo se relacionaba, en los simios, al contacto físico placentero (“contact comfort”) entre el joven simio y su madre. Este contacto físico placentero era aún más importante que si la madre le proveía con sustento (los simios preferían a la madre que proveía el contacto físico placentero, cuando se le da a escoger entre una “madre” artificial de terciopelo, sin sustento a una de hierro y con el sustento). Aparte de señalar la importancia del contacto físico, Harlow señaló que, a nivel cognoscitivo y de aprendizaje, no se habían observado anormalidades. 

Cómo señalado anteriormente, Field (2002) concluyó que el contacto físico placentero es necesario para un desarrollo saludable en los niños y las niñas. La investigadora se basó en una revisión extensa de la literatura sobre la relación entre el contacto físico y el desarrollo de la comunicación, especialmente a nivel afectivo y a nivel de establecer relaciones con personas adultas. Un problema que se ha notado en la época moderna es que el temor de ser acusado de abuso sexual ha causado que muchas personas, que se tienen que envolverse con niños y niñas, eviten el contacto físico. Este cambio en nuestra sociedad a “no tocar” (Johnson, 2002) a los niños y las niñas está teniendo un efecto nocivo, según señala Johnson.                                                        

El Contacto Físico y la Expresión Sexual Humana

El tocar a otra persona no siempre significa sexo. En algunos casos tocamos a otra persona para hacerla sentir bien, para reafirmar nuestro cariño, para felicitar, para saludar, entre varias razones posibles. El mismo desarrollo de la intimidad requiere el cariño que se expresa a través del contacto físico. Datos en esta área no-erótica del tocar indican que para las mujeres, el tocar sin indicar sexo ocurre más fácilmente que en el hombre. Los roles de género tradicionales causan que para el hombre, el tocar tenga una implicación más directamente sexual y por lo tanto el acto de tocar se convierte en un preludio al acto sexual. Por eso es que rara vez notamos que un hombre toca a otro hombre, excepto en condiciones claramente no sexuales tal como en deportes. Sin embargo, la necesidad de tocar y ser tocado existe lo mismo en la mujer que en el hombre, causando que el hombre muchas veces busque sexo, para así satisfacer sus necesidades de contacto físico placentero. 

Aún cuando el contacto físico sí es erótico, las personas tienden a no verlo como un fin por si mismo, sino como un paso en el camino hacia el coito. El contacto físico es devaluado por este tipo de interpretación. Esta situación es el resultado del punto de vista pro creativo de la sexualidad, el cual devalúa toda actividad que no sea coito, y pone al coito en un pedestal aislado de todo otro tipo de actividad erótica. 

El cuerpo humano responde positivamente al contacto físico placentero, no importa dónde se toca. Masters y Johnson (1970) en relación a terapia sexual, indicaron que las caricias dirigidas a áreas del cuerpo aparte de los genitales producen placer y vínculos emotivos con la pareja. Estos investigadores recomiendan que la pareja encuentre tiempo para explorar mutualmente el cuerpo de su pareja. Una buena idea sería llenar la bañera de agua con espumas o aceites y bañarse juntos, tomando turnos en acariciar las diferentes partes del cuerpo de su pareja y dándole retroalimentación a su pareja sobre lo que uno siente cuando uno es quien recibe las caricias. Esto es un buen método de averiguar que tipo de caricias le da placer a uno y a su pareja.

El tocar también puede tomar una forma más erótica, tal como el acariciar los genitales de la pareja, el besar las áreas eróticas de su pareja (tales como los pezones, las orejas, el ombligo, entre varias).

En muchas de las culturas occidentales, el besar también es una actividad erótica. Una variedad enorme existe en formas de besar, limitada sólo por la imaginación de las personas. Una gran parte del erotismo de un beso está en el contacto de la piel de los labios, una zona erótica aprendida en nuestra cultura. El besar en la mejilla puede denotar cariño, respeto o saludo, dependiendo en la interpretación cultural. En varias culturas del mundo, un beso en la mejilla significa sólo un saludo cordial (i.e., Francia y varios países árabes) y no se limita sólo a personas de diferentes géneros. En nuestra cultura hispana, el besar como saludo o señal de respeto, se limita, en la adolescencia y adultez, a personas del otro género, especialmente en los hombres. 

Los besos eróticos pueden tomar muchas formas. Desde ligeramente rozar los labios juntos con su pareja hasta el introducir la lengua dentro de la boca de su pareja y explorar en detalle ese interior (el llamado beso “francés”). El beso de labio a labio sin penetración de la lengua (beso “seco”) es menos arriesgado a la transmisión del VIH que el beso “francés”. 

Muchas personas derivan placer sexual a través de las caricias íntimas a las áreas eróticas. En inglés, la palabra “necking” se refiere a estas caricias cuando ocurren de la cintura hacia arriba y la palabra “petting” cuando las caricias son de la cintura hacia abajo. Muchas personas adultas han olvidado el placer erótico de estas actividades que practicaban frecuentemente en la adolescencia. Un punto importante que hacer es que estas caricias no tienen que ser un preludio al acto de coito; éstas pueden ser de por sí, el propósito de la actividad erótica. 

La Expresión Sexual y la Orientación Erótica 

Con la única excepción del coito, las parejas heterosexuales y homosexuales tienen la habilidad de producir los mismos actos sexuales y de derivar placer sexual de los mismos. De hecho, las parejas del mismo sexo, al no tener el coito como parte de sus actividades sexuales, son menos propensas a las limitaciones que exige el punto de vista del sexo pro creativo. Al coito dejar de ser la meta “final” de todo acto erótico, las caricias sexuales, los besos y el rozar el cuerpo de uno con su pareja pueden adquirir un mayor erotismo y disfrute. 

LA EXPRESIÓN SEXUAL AUTO ERÓTICA  

La actividad sexual auto-erótica se refiere a la activad sexual que solamente envuelve a la persona. La actividad sexual auto-erótica es universalmente vista en todas las culturas, es el primer tipo de actividad sexual que experimentamos cuando niños y niñas y, desafortunadamente, este tipo de actividad sexual es generalmente condenada por nuestra cultura. Strong, DeVault, Sayad y Yarber (2002) señalaron que cuando nuestra cultura condena a la actividad sexual auto-erótica como conducta desviada a nivel biológico, psicológico y moral, lo único que logra es la creación de profundas inhibiciones y actitudes negativas hacia la sexualidad misma.

Como manera de comprobar esta suposición, basta con ir a una tienda de materiales sexuales e intentar comprar un vibrador, una vagina plástica o material visual erótico. Es altamente probable que cuando uno lo intente, se sienta “mal”. Ese sentir “mal” es el acondicionamiento negativo cultural relacionado al auto-erotismo. El mismo entrar en este tipo de tienda se dificulta debido a los sentimientos negativos que sentimos. 

Las Fantasías Sexuales  

El imaginarse actividad sexual es tal vez la actividad sexual más común en los seres humanos. Desde niños y niñas hasta viejos y viejas, las personas pasan un tiempo apreciable en esta actividad. Las fantasías sexuales pueden ser producidas por memorias de actividad sexual en el pasado, por expectativas de actividad sexual futura, por ensayar actividades que no se han hecho en actualidad,  por explorar actividades que no se tiene intención de hacer, entre varias posibilidades.  

Las razones para tener una fantasía sexual también pueden ser bien variadas. La razón principal aparenta ser el aumentar la intensidad de la respuesta sexual. La mayoría de los hombres y de las mujeres tienen fantasías sexuales durante la masturbación. Sin embargo, un estudio de Jones & Barlow (1990) indicó que más de la mitad de los hombres y de las mujeres en el estudio respondieron que tenían fantasías sexuales entre “frecuentemente” y “a veces”, durante el acto de coito. Los autores reportaron que en la mayor parte los hombres tenían fantasías sexuales visuales y explícitas mientras que las mujeres preferían tener fantasías de temas románticos. Además, los hombres se veían a si mismos en roles activos mientras que las mujeres se veían a si mismas en roles pasivos.

Otros estudios en esta área han indicado que ambos hombres y mujeres producen más fantasías sexuales cuando están expuestos a un ambiente erótico (Schmidt, Sigush, and Schafer, 1973), tal como estar expuestos literatura erótica. Otro hallazgo de este estudio fue que ambos hombres y mujeres reportaron un aumento de actividad fantasiosa y sexual por las 24 horas siguientes a la exposición a la literatura erótica. Los investigadores propusieron que los y las participantes continuaron pensando en la literatura erótica, causándose un aumento en su impulso sexual, resultando en el aumento de actividad fantasiosa y sexual. 

Según el texto de Westheimer y Lopater (2002) los temas más comunes de fantasías en los hombres y las mujeres, según la literatura científica en esta área eran: 

Para los Hombres: 1) Actividad sexual anónima o impersonal, 2) alta frecuencia de imágenes visuales y poco énfasis en las emociones, 3) poco juegos sexuales, el coito comenzando enseguida, 4) enfoque visual en las partes eróticas del cuerpo de la pareja, 5) imaginarse muchas diferentes parejas, 6) interacciones sexuales que envuelven a más de 2 personas y 7) enfocar en actos sexuales específicos. 

Para las Mujeres: 1) Énfasis en las caricias, las emociones y en la excitación sexual de su pareja, 2) enfoque en la excitación física de su cuerpo y el sentir apego emocional, 3) imágenes de su pareja sexual, 4) asumir roles pasivos (recibir la acción de su pareja) y 5) pensamientos románticos que envuelven el amor y la devoción a su pareja. 

Los estudios que han investigado la relación entre las fantasías sexuales y la orientación erótica han encontrado que las fantasías no difieren mucho entre los diferentes grupos de orientación sexual, si no que más bien, la diferencia está en el género de la pareja imaginada.

En general, las fantasías sexuales en personas normales es una actividad obviamente común y normal, no importando cuál es el tema de la fantasía. La persona normal cuando fantasía sobre algo prohibido, o peligroso, sabe que no tiene ninguna intención de hacerlo y tiene el control sobre su conducta para no hacerlo. Sin embargo, las personas que sufren de algún problema psicológico que limita su control sobre su propia conducta pudieran tener problemas. Es muy importante entender que el problema aquí no es la fantasía, sino el hecho que la persona sufre de un trastorno compulsivo que lo lleva a actuar y es esa compulsión lo que es anormal y no la fantasía misma. 

Personas que tienen problemas controlando sus impulsos (compulsividad) tienden a tener problemas con ciertas formas de fantasías sexuales, la fantasía telefónica. Las fantasías telefónicas comenzaron a aparecer en la década de los 1990s y son ofrecidas por compañías que proveen la fantasía deseada por el cliente a través de una llamada telefónica a un número que conlleva ciertos recargos por minutos. La persona indica que es lo que desea oír y el empleado o empleada provee la fantasía mientras que el cliente (o la cliente) se masturba. Westheimer y Lopater (2002) indican que este tipo de fantasía puede producir, en personas con problemas de control de impulso, una adicción que es difícil de eliminar. Según estos autores, los tratamientos psicológicos no han sido muy eficientes en lidiar con este tipo de adicción.  

La Masturbación  

Otra forma de actividad sexual común y solitaria es la masturbación. Una revisión de los estudios publicados sobre este tema indican que entre el 80% al 95% de los hombres y entre el 70% al 90% de las mujeres han practicado esta actividad en algún momento de sus vidas. Los estudios también indican que la masturbación es más común durante la adolescencia, pero no desaparece en la adultez. Las personas adultas, y aún las casadas, continúan practicando esta actividad. 

La masturbación ha sido objeto de vivificación social y religiosa desde el siglo 18. Es curioso que antes de ese siglo, muy poco se dijera, especialmente las cosas negativas que todavía se dicen en el presente. Los escritos de varios médicos reconocidos en el siglo 18 y 19 (Tissot en Francia y después von Krafft-Ebing en Alemania) culparon a la masturbación de ser la causa de muchos males médicos, incluyendo la tuberculosis, que afligían a la sociedad de esa época. Estas proposiciones científicas fueron aceptadas generalmente en la ciencia médica sin apoyo empírico. Tal vez el dato más curioso de esta época negativa a la masturbación es la invención de cereales de maíz secos para el desayuno por el Dr. J. H. Kellog. Este ilustre médico, a principios del siglo 20, pensó que este tipo de cereal reducía los deseos de masturbarse en los adolescentes. 

Las revistas médicas, a lo mismo que las publicaciones populares, contenían varios remedios para “curar” este mal. Uno interesante que aparece publicado en la Revista Médica de Nueva Inglaterra, indicaba que la aplicación de varias sanguijuelas al área del pene y escroto de un paciente, quitándolas con agua salada después de un tiempo  seguido por sólo la ingestión de los “cereales” creados para reducir los deseos de masturbarse. Esto se repetía diariamente por varias semanas, al fin de las cuales, el paciente ya estaba curado de todo deseo de masturbarse (y añade el artículo) aunque algo débil.

A nivel popular, las tiendas vendían todo tipo de ayuda para reducir la actividad de masturbación en los niños. Unos anillos para la prevención del “onanismo” (palabra que en la época Victoriana era sinónima de masturbación) se podían comprar en el catálogo de Sears, Roebuck & Company. Estos anillos se ponían en el pene de bebitos para evitar que tuvieran erecciones nocturnas. 

Algunas ideas curiosas sobre la masturbación todavía existen hoy día. Entrenadores en las escuelas insisten en decirles a los jóvenes atletas que no se masturben los días antes de competencias porque la masturbación causa un rendimiento atlético más pobre. Ningún estudio ha indicado que esto es lo que pasa y de hecho, varios estudios en la literatura que han comparado el rendimiento atlético de un grupo que se le dice que no se masturbe y otro grupo equivalente que se le dice que sí se masturbe, encuentran que no hay diferencias en el rendimiento atlético de ambos grupos.

En el presente, en la medicina a lo mismo que en la psicología, no se reconoce ningún mal atributable a la masturbación. Dónde único se ve a la masturbación negativamente es en algunas religiones cristianas, especialmente la religión Católica, dónde este acto, junto con toda actividad no procreativa, es visto como contra-natura y como un pecado. Esto fue hecho bien claro en la carta encíclica del Papa Juan Pablo II en el 1993. 

En los hombres la masturbación envuelve mayormente el agarrar el pene con la mano y frotar de arriba a abajo, produciendo una ligera fricción en la corona (el borde entre el glande y el tronco del pene). Algunos hombres prefieren aplicar más fuerza al frotar el pene y algunos otros prefieren menos fuerza. Hombres que no han sido circuncidados usan el prepucio para obtener fricción con el glande, hombres circuncidados obtienen la fricción con la palma de la mano según pasa por el glande, usualmente usando alguna forma de lubricante (saliva o jalea KY) para hacerlo más fácil. Aún otros hombres (especialmente si no han sido circuncidados) prefieren “pinchar” el pene contra la cama y moverlo lateralmente para crear la fricción entre el prepucio y el glande (esto simula los movimientos coitales). De por sí hay muchas variedades de estas conductas, y cada hombre eventualmente encuentra una manera de hacerlo que le da el mejor placer.

Las mujeres prefieren presionar en el área superior de la vulva, poniendo así presión indirecta en el clítoris. Esta presión indirecta se puede producir de varias maneras: con la palma de la mano, con un objeto suave (i.e., un peluche), apretando las piernas juntas, deslizando un brazo contra la vulva y cualquier otra forma que se puede imaginar que produzca sensaciones placenteras. Algunas mujeres sienten excitación sexual insertándose algún objeto (i.e., un “dildo”) en la vagina, pero contrario a lo que piensan los hombres, las mujeres tienden a preferir la presión al área del clítoris. 

En la época moderna existen una multitud de “ayudas” para la masturbación. Tal vez la más común es el uso de vibradores. El vibrador produce estimulación erótica a las áreas dónde se aplica. Un buen vibrador viene con varios diferentes aparatos que se pueden usar dependiendo en dónde se van a usar. También, los mejores son los vibradores inalámbricos o de baterías, pues así se pueden usar en la bañera (nunca vayan a usar un vibrador eléctrico de cordón en una bañera, el peligro de electrocución es alto). Otros tipos de “ayuda” incluyen vaginas de látex que el hombre puede insertar en el pene y moverlo, muñecas de látex inflables que tienen “orificios” en áreas estratégicas. Basta con ir a una tienda que venda este tipo de mercancía para ver todas las ayudas que se han inventado. La mayor parte son para el consumo del hombre y la razón principal es que son los hombres los que mayormente se gastan su dinero en este tipo de cosa.  

LA EXPRESIÓN SEXUAL EN UNA PAREJA  

Actividades Que no Envuelven El Coito y Tienen Poco o Ningún Riesgo de Embarazo o Contagio de Enfermedades 

Una multitud de expresiones sexuales existen que no tienen riesgo de embarazo y muy poco riesgo de transmisión de enfermedades. Entre las actividades que se pueden llevar a cabo están: 

Masajes Eróticos: La pareja puede practicar esta actividad de tantas maneras cómo se la pueda imaginar. Una forma común es en la bañera, con aceites de baño que facilitan el dar y recibir masajes. La pareja se puede turnar en dar el masaje, dando retroalimentación a su pareja de lo que se siente placentero y lo que no. Esto es una buena manera de descubrir lo que a uno y a su pareja le gusta y no le gusta. Una ventaja de este tipo de masaje es que cuando uno termina, ya está limpio también. 

Masturbación Mutua o Individual: Otra posibilidad es que ambas personas se masturban estando juntos, tal vez intercambiando fantasías sexuales (ver sección sobre el intercambio de fantasías sexuales con su pareja) mientras lo hace. Otra variante sería acariciar los órganos sexuales de su pareja mientras la pareja acaricia los de uno (masturbación mutua), también con un intercambio de fantasías sexuales. 

“Frottage”: La pareja también puede frotarse genitales con genitales (cuerpo con cuerpo, de frente) sin que tenga que haber una penetración. En parejas de mujeres lesbianas, esto se conoce como “tribadismo” y es, en ellas, una actividad muy común. Parejas de sexo mixto tienen la misma habilidad de disfrutar de esta actividad. Como incluye el contacto directo de los genitales, la posibilidad de transmisión de algunas enfermedades es más alta que las otras actividades señaladas. El embarazo no es un riesgo a no ser que el hombre eyacule en la entrada de la vagina. 

“Coito Inter-Femoral”: Parejas heterosexuales y parejas de hombres gays pueden usar esta alternativa al coito o a la penetración anal. Esta conducta envuelve el insertar el pene entre la parte superior de los muslos, justo por debajo de los genitales de la pareja. El uso de lubricantes a base de agua (Jalea KY, o saliva) facilita el movimiento del pene. Esta actividad es muy placentera para ambas personas, tiene algo de riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual y ningún riesgo de embarazo si el hombre no eyacula en la entrada de la vagina. 

El Sexo Oral 

El sexo oral se refiere al contacto de la boca con los genitales de otra persona. Esta variante de actividad sexual ha sido el foco de mucha controversia desde la época Victoriana. Antes de que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos invalidara las leyes contra la sodomía (que incluye sexo oral) en Julio del 2003, casi la quinta parte de los estados, incluyendo a Puerto Rico, tenían leyes que prohibían el sexo oral y lo penalizaban con tiempo en la cárcel. La razón principal que el Tribunal Supremo dio para invalidar estas leyes tenía que ver con el envolvimiento del estado en regular la conducta íntima, sexual y privada de las personas adultas. El sexo oral es más común en personas de más educación formal, en personas jóvenes y en personas de mayor nivel económico, siendo menos común en personas de alto nivel de participación religiosa. Las estadísticas indican que entre la mitad y las 2/3 partes de la población disfruta de esta actividad sexual. 

Como cualquier actividad íntima, el sexo oral requiere que ambas personas en la pareja se sientan cómodos y cómodas con sus cuerpos. Esta actividad también requiere cierto grado de mantener buena higiene personal, aunque esto no quiere decir que las personas deben “esterilizar” sus genitales como si fuese a participar en una intervención quirúrgica. Hay personas que el olor y el sabor de los genitales, limpios, de su pareja, le produce un alto nivel de erotismo. Mientras que también hay personas que el mero leer esta sección del texto, les produce nausea. 

Ni los genitales normales masculinos ni los femeninos contienen microbios que sean dañinos a la salud. La higiene es mayormente por razones estéticas. Sin embargo, el contacto de la boca con las membranas anales si pudiera envolver el contacto con microbios que pueden causar daños fuera del área anal y la higiene en este caso si es importante para la salud, a parte de las razones estéticas. 

“Cunnilingus”: Cunnilingus se refiere al contacto de la boca con la vulva de la mujer. No hay una forma específica para practicar esta actividad, el mejor guía sería averiguar lo que a la pareja de uno más le gusta sentir. El cunnilingus usualmente envuelve la exploración con la lengua de las membranas de los labios menores, el área del clítoris, el vestíbulo y el introitos de la vagina. El cunnilingus puede ser practicado por parejas heterosexuales y parejas de mujeres lesbianas. 

“Fellatio”: Fellatio envuelve el contacto de la boca con el pene de un hombre. Al igual que en el caso de cunnilingus, no hay una técnica específica que se puede seguir, lo importante es, otra vez, averiguar lo que a la pareja más le gusta. Usualmente el fellatio se hace acariciando con los labios o lengua el glande del pene, prestando atención al área de la corona (área entre el glande y el tronco del pene) dónde más sensitivo es el pene. Algunos hombres también encuentran placentero que su pareja le estimule con la mano el escroto o el tronco del pene. 

En el caso de fellatio, la pareja debe hablar sobre el tema de la eyaculación y acordar las “reglas” de esto. Para algunas personas, el recibir el eyaculado del hombre en la boca es algo asqueroso y no lo soportan. Para otras personas, esto es altamente placentero. Como es una cuestión de gusto, lo importante es que se quede entendido en la pareja como se va a tratar con la situación cuando llegue ese momento. El hombre que recibe el fellatio debe respetar los deseos de su pareja. El fellatio puede ser practicado por parejas heterosexuales y de hombres gays. 

Las dos conductas orales de cunnilingus y fellatio se pueden practicar dobles en la posición conocida como “69”. En el caso de parejas heterosexuales, esto sería cunnilingus-fellatio, en parejas de mujeres lesbianas sería cunnilingus-cunnilingus y en parejas de hombres gays sería fellatio-fellatio. El sexo oral entre un hombre y una mujer no tiene ningún riesgo de embarazo.  

El sexo oral en cualquiera de estas dos maneras es menos arriesgado a la transmisión del VIH, muy poco riesgo en transmisión de chlamydia y gonorrea, riesgo alto de transmisión de sífilis, verrugas genitales y de herpes II. Para reducir los riesgos de transmisión de enfermedades, un film plástico (como Saran Wrap--pero no el que es para el micro-onda) se puede usar para evitar el contacto directo de la boca y los genitales de la pareja. 

“Anilingus”: Anilingus se refiere al contacto de la boca con las membranas anales. Este tipo de actividad erótica puede poner la boca en contacto con microbios anales que, en otras membranas mocosas, pueden producir infecciones serias. Las membranas mocosas típicamente en riesgo son: la vagina, la conjuntiva de los ojos, las sinuses, la garganta, esófago, estómago e intestinos delgados. Ningún objeto o parte del cuerpo que ha estado en contacto con el ano debe tener contacto con ninguna de estas membranas. El anilingus es menos prevalente que el cunnilingus y el fellatio. 

El Sexo Anal  

El sexo anal se refiere a la penetración del ano por el pene. Varias encuestas han indicado que entre el 20% y el 25% de la población heterosexual practica esta forma de actividad. Aparte de encontrarla placentera, las personas que la practican indican razones tales como evitar embarazos y no perder la virginidad de la mujer.  

El sexo anal, si practicado correctamente, no es tan complicado. El problema tiene que ver con que el esfínter anal (el músculo que cierra al ano) responde con aumentar la tensión de apretarse cuando siente presión sobre el músculo. Esto quiere decir que el pene, al intentar penetrar, causará que el músculo se tranque aún más. La persona tiene que esperar que el músculo se relaje (se logra haciendo presión sostenida pero no fuerte por un periodo de alrededor de 5 minutos). También las membranas anales carecen de lubricación y lubricación artificial (jalea KY) es usualmente necesaria. 

La penetración anal conlleva el riesgo más alto a nivel de actividad sexual para la transmisión de HIV. Esto es debido a que las membranas anales son más delgadas que otras membranas mocosas (tienen la función, junto con el resto de los intestinos gruesos, de sacar los líquidos de las heces fecales). Al ser más delgadas, son más fácilmente dañadas durante el acto de penetración. La transmisión de HIV, de bacterias y de viruses es facilitada si hay daños presentes en la piel. Otro problema médico serio es que si el acto de penetración ocurre bruscamente, un desgarre del músculo pudiera ocurrir con una consecuente hemorragia. Por esto es importante que la penetración ocurra lentamente para que el músculo tenga tiempo para relajarse debidamente. 

El Coito 

Muchos manuales existen, incluyendo uno religioso (el Kama Sutra), sobre cómo practicar el acto de coito. Cómo penetrar la vagina con un pene está limitado solo por la estructura del cuerpo y la imaginación del hombre y de la mujer envuelta. 

La Posición “Misionera”: La posición misionera es cuando el hombre está acostado encima de la mujer, ambos de frente. Esta es la posición que la sociedad llama “normal” y llegó a tener este nombre, según la historia, por la interacción de las personas que vivían en las islas de Hawai durante la colonización inglesa. Las personas nativas al Hawai, practicaban el coito sentado. El hombre se sentaba primero y la mujer se sentaba sobre el pene erecto. Como los Hawaianos no tenían muchos tabúes de privacidad sobre la sexualidad, estas actividades eran evidentes y escandalizaban a los misioneros cristianos. Los misioneros se dedicaron a “entrenar” a los Hawaianos a tener el coito “correctamente”, y los mismos Hawaianos comenzaron a referirse a la nueva posición como la posición de los “misioneros”. 

Esta posición causa sensaciones más intensas en el pene del hombre y menos intensas en el área clitorial de la mujer. El hombre es quien controla el ritmo de coito y la penetración vaginal. Los brazos del hombre usualmente se usan para sostenerse y no tienen mucha libertad para acariciar o tocar a su pareja. La mujer está más libre para usar sus brazos y acariciar. Si el hombre tiene problemas con la eyaculación precoz, esta posición exagera el problema. Si la mujer tiene problemas llegando al orgasmo durante el coito, esta posición también exagera ese problema. Esta posición es la más apta para la concepción. 

Hombre Acostado, Mujer Encima: El reverso de la anterior, el hombre acostado y la mujer encima, de frente los dos se puede hacer en varias formas. Una de ella, la mujer se sienta o se pone en cuclillas, colocando el pene dentro de su vagina. En esta posición, la mujer es quien mantiene el ritmo del coito y controla la profundidad de la penetración vaginal. La naturaleza de la posición produce menos fricción en el pene del hombre y maximiza la presión al área del clítoris de la mujer. Esto hace que esta posición tenga beneficios para hombres que tienen problemas con la eyaculación precoz y con mujeres que tienen problemas con no llegar al orgasmo durante el coito. 

La Posición “cuchara”: En la posición cuchara, la mujer está de espaldas al hombre, casi siempre con la pierna, del lado que está arriba, por encima de las del hombre. La penetración de la vagina ocurre por detrás. Esta posición es ideal cuando hay una diferencia de peso notable entre el hombre y la mujer, él siendo más corpulento. Esta posición también es la posición recomendada para mujeres en los meses avanzados de un embarazo pues pone menos estrés sobre el abdomen de ella. 

Sentados: La posición de sentados en una silla se logra si el hombre se sienta primero y obtiene una erección y la mujer se sienta sobre la erección de su pene.  

Penetración Vaginal por Detrás: La penetración vaginal, por detrás (o al estilo de los perritos) se logra con la mujer arrodillada de espaldas al hombre mientras que el hombre está  arrodillado también. La vagina es penetrada de abajo hacia arriba. Esta posición requiere que el pene del hombre sea de suficiente tamaño para llegar hasta la vagina.